sábado, 12 de julio de 2008

ADAN Y EVA

Verde fue la tentación que germinó en el alma de Eva, y roja fue la pasión con la que Adán quiso aceptarla sin pensar por un momento en las consecuencias. Comería del fruto prohibido sin dudarlo, quemaría todo Edén conocido, entregaría su alma sin pena, daría sus recuerdos al olvido, e incluso sacrificaría su vida eterna, tan sólo por un beso de ella, tan sólo por estar con Eva.

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